Con un total de ocho unidades, Los Corrales de Rota fueron el primer Monumento Natural declarado en Andalucía bajo la protección de esta figura ambiental. Situado en la costa noratlántica de Cádiz, comprende una pequeña franja de océano y playa, frente a los municipios de Rota y Chipiona. Estas parcelas usurpadas al mar representan un arte tradicional e histórico de aprovechamiento de los recursos pesqueros
Los primeros corrales se remontan a la época romana y los testimonios reconocen la continuidad de su explotación hasta la década de los 50 del siglo XX.
Los corrales de pesca son parcelas delimitadas por muretes de construcción artificial que separan la superficie en distintos compartimentos, que son visibles durante los periodos de bajamar. Cuando sube la marea entran peces, sepias y pulpos, que quedan atrapados en las jaulas de piedra cuando ésta baja. En ese momento las capturas se "recolectan" con aperos tradicionales como el francajo, el cuchillo de marea y la tarraya
Entre sus muros, construidos con areniscas y lumaquelas del sustrato, se marisquean erizos, camarones y cangrejos, siendo famosos los ostiones y percebes. Existen también especies de áreas rocosas o de fangos y arenas, como algas, praderas de fanerógamas marinas, peces, gusanos y moluscos. Incluso sargos y congrios, propios de hábitats más profundos, se alimentan o desovan ocasionalmente. Tras los muros, aparece un arrecife costero con gran diversidad de especies, que luego colonizan los corrales.
Toda esta riqueza sustenta a aves marinas procedentes de otros espacios gaditanos, que descansan o se alimentan aquí.